Existen distintos tipos de crianza o guarda de vino, lo más común es encontrar guardas prolongadas en barricas de madera, que normalmente son de roble francés y/o americano. Las cuales entregan ciertas características a los vinos. Al pasar por este tipo de guarda más «clásica» se suelen obtener vinos con aromas a vainilla, madera, humo, cuero, entre otras características aromáticas que aporta este tipo de guarda que por lo general van de los 6 a 12 meses.
Como también guardas más prolongadas, llegando a alcanzar en algunos casos los 4 a 6 años. Lo entretenido e interesante de guardar el vino en el tiempo, es la micro-oxigenación que se genera por la porosidad de la madera, que permite que el vino evolucione lentamente y no se avinagre.
Otros tipos de crianza del vino son los fudres, que si bien es cierto en su mayoría son fabricados con madera, y con una cantidad de capacidad superior a las barricas que normalmente son de 225 litros, estos pueden almacenar hasta 3.000 litros. Normalmente este contenedor se utiliza para guardar el vino por tiempo prolongado, pero como tienen más capacidad de almacenamiento, el contacto de la madera con el vino es menor.
Pero no todos los vinos atraviesan su crianza en las famosas barricas de roble o en las grandes cubas de madera. De hecho, existe una cantidad de depósitos alternativos que en los últimos años han tomado (o re-tomado) vigencia, y se utilizan, inclusive, para vinos de alta gama.
En este punto queremos destacar el uso de los contenedores fabricados con concreto o cemento. En el caso de este último y gracias a la porosidad del concreto, se obtiene una correcta micro-oxigenación, inclusive con una capa de pintura epoxi en su interior, para evitar infecciones microbianas y daños en la estructura causados por los ácidos del vino. .
Normalmente son depósitos herméticos, neutros, inalterables, de larga vida, mantienen estable la temperatura del líquido, y poseen variadas formas. Y respecto de este último punto, debemos citar el caso de los “Huevos” de cemento.
Los Huevos vienen justamente de la mano de la biodinámica, ya que cuando nos adentramos a esta forma de trabajar, en algún momento llegamos a las vasijas o recipientes adecuados para esto, y he aquí los Huevos. Por su forma se logra que todo lo que está dentro de él fluya.
También existen unos contenedores llamados «Tulipas» que son grandes contenedores que pueden llegar a almacenar miles de litros de vino. Sirven tanto para criar el vino, como para fermentar los mostos de uva. Así como existen las tulipas, también existen las esferas de cemento, que también sirven para criar y fermentar el vino. Estas esferas no son muy conocidas, ya que el genio detrás de esta idea es Leonardo Erazo Lynch, quien desde casi el inicio de su proyecto «A Los Viñateros Bravos» las ha utilizado.
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